
Esta disciplina puede dividirse en dos ramas de estudio: la economía internacional (que tiene en cuenta el tipo de cambio, las tasas de interés y otros aspectos financieros) y las finanzas corporativas (el estudio de los mercados y los productos financieros).
Ante el fenómeno de la globalización, que implica el libre movimiento de capitales y el levantamiento de distintos tipos de restricciones (físicas, aduaneras, impositivas), las finanzas internacionales han adquirido particular importancia.
Un concepto importante dentro de este ámbito es el de divisa, que es la moneda de un país que es convertible en moneda de otro extranjero en el mercado cambiario. Para esto, existe la convertibilidad interna (la posibilidad de comprar y vender monedas extranjeras en un país) y la convertibilidad externa (la cotización de una moneda nacional en los mercados cambiarios de otros países).
Este tipo de cambio puede ser fijo (cuando el banco central estable el valor de la moneda e interviene en el mercado cambiario) o flexible (el banco central no interviene en el mercado, por lo que el valor de la moneda queda sujeto al libre juego de la oferta y la demanda).
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